Prólogo ======= Durante los últimos cinco años el Tortugo y yo nos hemos convertido en firmes amigos. Hemos tenido nuestras diferencias de opiniones, por supuesto; él con su dedicación a la investigación en las matemáticas y ciencias y yo con una visión educativa de las mismas materias. Pero, dentro de todo, hemos aprendido mucho el uno del otro y nos hemos divertido en el proceso. Un tiempito atrás, mientras repasaba las notas que había escrito en esos años, no pude evitar sentir que nuestras mas agitadas discusiones podrían tener valor para una audiencia mas amplia. Estaba nuestro debate sobre Las Trampas de la Tortuga Terrible, estaba La Gran Discusión Circular, y muchas otras que eran igualmente memorables. Pero una discusión en particular me llamó la atención por ser sumamente apropiada para probar mi hipótesis; en ansias de un nombre mejor lo habíamos llamado *La Confusión de la Tortuga*. Mis notas iniciales son algo vagas pero, que yo recuerde, habíamos estado hablando de las deficiencias de la educación de las matemáticas. La tortuga había sostenido que la mayor dificultad era que las matemáticas no eran enseñadas en un contexto que fuese significativo para los alumnos... Los alumnos no podían encontrar el sentido en temas matemáticos aislados y seguramente no valorarían algo que parecía no tener ningún uso práctico... Los alumnos necesitaban ver las matemáticas como una herramienta que los ayudaría a resolver problemas interesantes. Luego dije que estaba todo muy bien con hablar de encontrarse con las matemáticas en un "contexto personalmente significativo", pero si él hubiera tratado de introducir ideas matemáticas de esa manera... ¿Cómo podría un maestro trabajador encontrar el tiempo para idear problemas que se relacionaran con las vidas de los alumnos? El Tortugo parecía divertido y me preguntó si me había olvidado de mis experiencias áulicas con Logo. Él dijo que Logo en realidad era un buen ejemplo porque proporcionaba tanto el acceso a ideas matemáticas interesantes **como** excelentes razones para aprender esas ideas. Afirmaba que los "problemas significativos" eran no sólo aquellos que se relacionaban con la vida cotidiana... Podían ser problemas que derivaban su atractivo de su estética o de su valor de entretenimiento... Los problemas pueden ser divertidos y aún presentar un desafío genuino a los estudiantes. Yo debo haberme visto escéptico porque, sin ningúna indicación de mi parte, él siguió directamente diciendo que no tendría que ser difícil producir una serie de problemas que cumplieran con sus criterios... Problemas que fuesen divertidos, que involucraran matemáticas que valgan la pena, y que desafiaran a los estudiantes... Maestros y padres en consecuencia. Recuerdo que después dije, "¡Tonterías, no creo que puedas hacerlo!" El tortugo sonrió ampliamente y dijo, "¡Bien, EBN, sólo tendrás que esperar y verás!" Lo ví muy poco por los próximos tres meses; se enfrascó en la biblioteca por horas y horas y, si yo llegaba a encontrarme en los alrededores, él cerraba su cuaderno, solamente me miraba y soltaba una risita. Pero permítanme ahora ocuparme de la narrativa a pleno; mis notas son bastante detalladas cuando se trata de eventos subsiguientes... +++++++